La dimensión humana | el elemento crítico en los proyectos de IA

Stratesys apuesta por una inteligencia artificial que complemente la capacidad humana y no la sustituya, preservando el criterio, la empatía y el juicio.

La automatización de decisiones sin espacio para la intervención humana compromete la transparencia, la confianza y la sostenibilidad de los procesos.

Mientras la inteligencia artificial redefine procesos, automatiza decisiones y promete eficiencias sin precedentes, una pregunta crucial sigue sin abordarse en muchas organizaciones: ¿cómo garantizamos que esta tecnología no sacrifique lo humano en su camino hacia lo eficiente? Stratesys, multinacional líder en transformación digital, advierte sobre los riesgos de implantar IA sin integrar diseño estratégico desde el inicio. La compañía señala que la clave del éxito no es técnica, sino existencial: construir entornos donde las personas no solo trabajen con tecnología, sino que convivan con ella sin perder agencia, comprensión ni sentido.

El diseño como puente entre algoritmos y personas

Para Stratesys, el error más común en los procesos de digitalización es tratar el diseño como un elemento superficial, relegado a las fases finales de un proyecto, cuando en realidad debe ser la arquitectura invisible que guía cada decisión desde el principio. José A. Montenegro, Head of Design en la compañía, lo explica con claridad: “Diseñar no es decorar, es anticipar fricciones, traducir complejidades, preservar la autonomía de las personas en sistemas cada vez más automatizados. Cuando el diseño llega tarde, la tecnología se convierte en una caja negra que excluye y desconecta”.

En un hospital donde un sistema de IA decide a qué paciente atender primero, o en un banco donde se deniega un préstamo sin explicación alguna, no se está fallando solo en el código. Se está fallando en la forma de concebir la interacción entre personas y sistemas. La tecnología funciona, pero las personas quedan fuera del proceso. Esa es la gran paradoja: en la búsqueda de precisión matemática, se pierde la sensibilidad que da sentido a las decisiones.

La eficiencia no debe implicar deshumanización

La creciente automatización de flujos de trabajo, procesos de selección o decisiones comerciales está eliminando márgenes para la intuición, la empatía o el juicio ético. Dimensiones que no pueden capturarse en ningún dataset, pero que son esenciales en escenarios complejos, ambiguos o emocionalmente delicados.

Para Stratesys, el verdadero reto no es si las empresas pueden adoptar IA, sino cómo diseñan su integración para que complemente —y no suplante— la inteligencia humana. Los sistemas deben ser transparentes, auditables, comprensibles. Deben incluir puntos de intervención donde las personas puedan ejercer criterio, disentir o reconducir una decisión automatizada. Solo así se logra una adopción activa y sostenible

De esta forma, Zahira Tomasi, Creative Director & Head of Boost en Stratesys, afirma: “La creatividad, el entendimiento abstracto, la empatía y el diseño en favor de las realidades sociales y corporativas es el leitmotiv que debe acompañar a cualquier proyecto tecnológico o resuelto con IA, que busque ser realmente eficaz y relevante”.

Innovación habitada: el nuevo paradigma tecnológico

El enfoque de Stratesys propone que cada organización que inicia su camino hacia la automatización debe hacerse una pregunta profunda: ¿estamos diseñando sistemas para que funcionen mejor, o para que las personas puedan vivir mejor con ellos?

No se trata solo de eficiencia operativa o rentabilidad a corto plazo. Se trata de construir futuros sostenibles en los que la tecnología amplifique lo mejor del talento humano. En ese sentido, el diseño deja de ser una fase del proyecto y se convierte en una actitud transversal. Desde la definición de los flujos de trabajo hasta la experiencia del usuario, desde la gobernanza algorítmica hasta la comunicación interna.

La innovación deja de ser un producto técnico y se convierte en una experiencia habitable. Una experiencia que reconoce la complejidad emocional del trabajo, la diversidad de contextos y la importancia de que las personas se sientan parte de los sistemas que utilizan.

José A. Montenegro subraya: “Cuando las personas no entienden las decisiones que toma un sistema, no lo adoptan: lo rechazan. Cuando no pueden intervenir, no colaboran: se desconectan. El diseño estratégico convierte esa tecnología en un lenguaje compartido, no en una orden impuesta”.

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