BLOCKCHAIN | STRATESYS EN ‘ANDALUCÍA ECONÓMICA’

EL incremento del fraude eléctrico ha intensificado las actuaciones policiales para detectar lugares donde hay un consumo irregular de energía. Se usa bastante tecnología para detectarlos. Tanto para el descubrimiento de irregularidades en los datos de consumo como para la detección de anomalías térmicas.

Hay sorpresas. Vienen al descubrir que lo hallado en el objetivo no era lo esperado, una plantación ilegal de marihuana, sino una granja de servidores para minado de criptomonedas. Y no es el primer caso que se descubre. Más allá, por ejemplo, una modalidad de ciberataque es la que sustrae capacidad informática para dedicarla a otros usos como el minado convirtiendo nuestros equipos en zombies. Además, se han dado otros casos curiosos de uso de equipos de terceros para reforzar las capacidades de minado y que otros soporten el gasto que supone.

Aunque pueda no descubrir nada nuevo a nadie, aclarar que este ‘minado’ es el proceso por que el que se generan nuevas unidades de criptomonedas. Miles de instalaciones en el mundo compiten por resolver en primer lugar un tremendamente complejo problema matemático (Hash). El primero en conseguirlo consigue añadir un eslabón más a la cadena de bloques y recibe monedas cripto en pago. Para esto se hace necesaria una gran capacidad de computación que requiere en consecuencia un elevado consumo de energía.

Sirva todo lo anterior como evidencia de algo que parece escapar por debajo de la abundancia de noticias curiosas sobre cryptomonedas y activos digitales (NFTs) que estamos viendo: la cadena de bloques, Blockchain, ha venido para quedarse y escala rápido en su proceso de convertirse en tecnología invisible. De esas que están ahí en todo momento y en todo lo que hacemos. Los malos ya están ahí, es una señal.

Los habituales estudios le atribuyen un valor futuro importante a Blockchain. Un crecimiento exponencial de su uso en los próximos años. Otros estudios afirman que un alto porcentaje de organizaciones estaban estudiando o ya involucradas en el uso de esta tecnología. En todo el mundo, también en España.

Hay beneficios fundamentales de la cadena de bloques que enraízan con valores en alza en nuestro actual contexto. Confianza y transparencia. Seguridad, trazabilidad, simplificación y buen uso del dato.

Por supuesto, también tiene sus detractores con argumentos de peso. Algunos de esos considerandos tienen que ver con las noticias con las que comenzaba el artículo. El excesivo consumo de energía que comporta como ejemplo. Algunos estiman que el consumo de energía de la red de minado de la cadena de bloques de Bitcoin ya es superior al de países como Irlanda o Dinamarca. Solo hay un ganador para cada bloque. El esfuerzo de los demás se desperdicia.

La cadena de bloques es una tecnología de usos casi infinitos que se puede incorporar a prácticamente todos los procesos. Les asegura las ventajas de una base de datos distribuida y descentralizada. Prácticamente inmutable con las herramientas actualmente existentes, muy segura. Con bajas barreras de entrada, es posible su adopción por cualquier persona u organización lo que hace que su uso se esté generalizando a gran velocidad.

La confianza es un elemento clave del funcionamiento de una sociedad y de una economía. La falta de confianza genera fricciones que implican mayores costes. La cadena de bloques viene a poner las bases de una confianza basada en sus fundamentos tecnológicos. Elimina la necesidad de intermediación en muchos casos, dota de seguridad las transacciones eliminando posibilidades de fraude. Ofrece más transparencia a menor coste.

Es necesario pensar en la relevancia que tiene esta tecnología y las implicaciones que tendrá mañana mismo. Nos está moviendo el suelo bajo los pies.

Publicado por

Francisco Cantón

Director Asociado de Stratesys