Imposible sustraerse estos días al ruido del anuncio realizado por Marck Zuckerberg acerca de sus intenciones al respecto de los metaversos. Rumbo marcado que le ha llevado incluso a cambiar el nombre de su empresa. El término Metaverso, como otros tantos, surge en la ciencia ficción en el año 1992 y su espíritu ya se ha hecho patente en varias ocasiones. Cada vez tardamos menos en alcanzar a nuestra imaginación.
Algunos podemos recordar la experiencia de Second Life hace ya unos años. Nuestro avatar hacía de las suyas en un mundo virtual en tres dimensiones. Desde pasear hasta asistir a conferencias, obras e teatro o comprar parcelas y construir casas en estudios de arquitectura específicamente abiertos en dicho entorno. Aunque muy disminuida, esta comunidad virtual sigue existiendo y moviendo un modesto negocio alrededor de la misma.
La tecnología actual nos permite ir más allá actualmente, bastante más de lo que fue Second Life, y es de pensar que lo hará en mayor medida en los próximos años. Además, con una diferencia fundamental, porque estos metaversos formarán parte de nuestro universo. Hasta tal punto que se integrarán con nuestra vida cotidiana, facilitando experiencias y decisiones sin necesidad de presencia. Esto afectará en gran medida a nuestra vida, por supuesto también a nuestras actividades económicas.
No sólo está Facebook, ahora Meta, en esta carrera. Importantes compañías como Microsoft, Sony o Nvidia están también trabajando intensamente en estas áreas. Microsoft ya ha anunciado que reúne recursos diseñados para impulsar los metaversos con capacidades de IoT que permiten generar gemelos digitales de objetos físicos en la nube. Todo esto entre otros recursos que permiten combinar diferentes tecnologías para desarrollar experiencias inmersivas.
En un plano más cercano, en breve podremos elegir nuestro avatar en Teams, así como diferentes escenarios donde disfrutar de estas reuniones virtuales. Herramientas de inteligencia artificial harán que la interacción con el avatar sea de lo más natural. Como ya está pasando con los eventos de e-sports y otras manifestaciones culturales en internet, se crearán en estos metaversos espacios donde publicitar bienes y servicios de una manera similar a la que tenemos en el mundo real, pero con una carga de información que permite afinar sobremanera la comunicación de las marcas con los usuarios.
Desde un prisma de actividades empresariales, más allá del negocio de la comunicación, nos encontraremos con la capacidad de crear escenarios virtuales donde nos podremos desenvolver con nuestros avatares. Estos escenarios serán simulaciones perfectas de los reales y nos permitirán estudiar comportamientos, realizar simulaciones e intervenir sobre la realidad desde estos metaversos. El gemelo digital cobra todo el sentido. Escenarios donde poder obtener mejoras de productividad, ahorrar costes o evitar errores humanos.
No solo seremos capaces de superar obstáculos espacio-temporales con respecto a nosotros mismos, lanzando a nuestros avatares a pasear por estos metaversos. Podremos trabajar sobre casi cualquier cosa o escenario, incluso ciudades enteras. Se aprovecha la gran cantidad de datos que los objetos físicos sensorizados pueden aportar a los modelos así como la información existente en internet sobre casi cualquier materia.
Los metaversos estarán soportados por múltiples tecnologías que se complementan unas a otras para poder hacer posibles estas realidades. Casi no hay tecnología cuyas siglas no aparezcan dentro de las necesarias para el desarrollo de estos universos paralelos. Desde las capacidades de computación en la nube hasta la inteligencia artificial pasando por los sensores, blockchain, 5G, machine learning y una larga lista de ingenios en necesaria convergencia, para llevar nuestros límites un poco más allá.
Ahora se nos presenta esperanzador y luminoso. También habrá que tener cuidado con los reversos tenebrosos que seguro que los habrá.
