El punto común de todo este proceso será crear un repositorio único de todos estos datos a partir del cual procederemos a la explotación de la información
Las empresas deben tener marcado un camino para ser más sostenibles. Este camino está definido por un Plan Director de Sostenibilidad que contiene una serie de compromisos a alcanzar. Estos compromisos pueden ser reputacionales, como el seguimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) o pueden ser “forzosos”, como por ejemplo, el cumplimiento de la nueva directiva europea de sostenibilidad corporativa (CSRD) que obligará a la comunicación de una serie de indicadores cuantitativos y cualitativos de sostenibilidad.
Así pues y desde el punto de vista de los sistemas de información, estamos ante un desafío de implementar diferentes soluciones que permitan dar cobertura al proceso completo: recopilar toda esta información, almacenarla, hacer un seguimiento de la misma en base a objetivos, elaborar un reporting que en algunos casos será obligatorio y deberá ser enviado en un formato electrónico, y finalmente, garantizar la trazabilidad y los cálculos realizados de cara a una auditoría.
La pregunta es por dónde empezar desde el área de IT. El primer paso debería ser la definición desde el negocio de todas las necesidades de información obligatorias y reputacionales para todos los países donde estemos operando y que configurarán el inventario de indicadores de sostenibilidad. Una vez definidas, el siguiente paso sería la realización de un estudio de gobierno del dato, donde tendríamos que analizar uno a uno todos estos indicadores y las variables para su cálculo cuando éstas sean necesarias. Por tanto, estamos hablando de realizar un análisis detallado de: los responsables de facilitar la información, las personas que tienen que validarla, la periodicidad, países y regiones y el destino o destinos finales de reporting.
El punto común de todo este proceso será crear un repositorio único de todos estos datos a partir del cual procederemos a la explotación de la información. Este almacén de información, que denominaremos el repositorio de sostenibilidad debe alinearse con la estrategia de datos de la compañía, es decir, con el plan a largo plazo donde se definen los procesos de recopilación, almacenamiento, intercambio y uso de los datos.
Hasta aquí hemos abordado la parte del proceso del almacenamiento de la información, pero si vamos un paso atrás deberemos tener en cuenta la recopilación de la misma. Hay una parte de la información se puede obtener de manera automática de las soluciones con las que se gestionan los procesos de negocio de la compañía como puede ser el ERP o el sistema de RRHH, pero otra parte se deberá obtener de manera manual por lo que se debería digitalizar el proceso con cuestionarios de recogida de información, pruebas o evidencias y un flujo de autorización para demostrar de cara a una auditoría la veracidad y la trazabilidad del dato.
Con la información recopilada y almacenada deberemos contar con soluciones que permitan realizar cálculos automáticos para algunos de los indicadores. Así por ejemplo, si somos una compañía que fabricamos productos tenemos que saber que aproximadamente el 70% del peso de la huella de nuestro producto terminado depende de las materias primas por lo que tendrá todo el sentido implementar una solución que realice este cálculo de manera automática y que además permita incorporar estas huellas como un criterio más para la compra de las materias primas junto a los criterios tradicionales de precio y calidad.
El último punto será el reporting de la información y aquí es importante separar el reporting interno y reputacional del reporting obligatorio y legal. Para el primero, podremos adoptar nuestras soluciones de reporting corporativas, pero para el segundo deberíamos adquirir una herramienta que a partir de la información recopilada permita emitir los informes legales al igual que hacemos con la información financiera en nuestro ERP.
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