La convergencia y evolución de técnicas y tecnologías parece que nos están acercando cada vez más al concepto de singularidad tecnológica acuñado por John von Neumann y más recientemente por Ray Kurzweil en su libro “Singularity is near”. Paradigmas como la computación cuántica, los avances en inteligencia artificial o teorías del todo como la de Stephen Wolfram nos acercan vertiginosamente a dicho escenario.
Llevamos unos años en los que la apuesta por la Inteligencia Artificial está siendo constante noticia y donde los avances son cada día más impactantes. Entre las áreas con mayor potencial está todo lo relativo al lenguaje, desde la capacidad de interpretación hasta la capacidad de generación del mismo.
El lenguaje es un sistema de comunicación que se basa en la capacidad de modelar y codificar información, instrucciones o sentimientos. Es la herramienta que nos está permitiendo evolucionar como especie de manera tan diferencial.
Desde 2018 el equipo de OpenAI está liderando y es referente en la aplicación de Inteligencia Artificial en tareas del lenguaje a través de la joya de la corona GPT-n. Simplificando mucho, estamos hablando de un predictor de texto cuya última versión GPT-3 ha sido entrenado prácticamente con todo el texto de internet generando un modelo con 175.000 millones de parámetros.
Uno de los puntos más interesantes de GPT-3 es que su capacidad es generalista (todavía lejos de lo que sería Inteligencia General) y no se asocia a tareas específicas. No necesita ser reentrenado para que cumpla con lo que nosotros queramos de manera específica, siendo ya capaz de escribir código en cualquier lenguaje de programación, escribir poesía, música, artículos de prensa o básicamente cualquier cosa.
En esta misma línea del lenguaje ha estado trabajando el equipo de Facebook AI con el desarrollo de su BlenderBot. En este caso hablamos de un modelo más específico, un chatbot de dominio abierto que dispone de varias skills asociadas a una conversación natural:
- Empatía
- Personalidad
- Conocimiento
Han sido capaces de fusionar estas capacidades en un modelo único. Después de haber hecho varios test podemos decir que sorprende su naturalidad, su capacidad de respuesta o su capacidad de adaptación a la conversación.
Estas y muchas otras iniciativas que están en marcha y constante evolución nos permiten emocionarnos y pensar que podemos estar cerca de la singularidad que comentábamos al principio.
¿Cómo de cerca creéis que estamos de la programación automática? ¿y de conceptos como la automejora de sistemas autónomos? ¿está la sociedad preparada para que cambios de estas dimensiones vengan “de la noche a la mañana”? ¿es seguro liberar estas capacidades o su uso sin una base moral sólida generará más problemas que soluciones?
Estás y muchas otras son cuestiones/reflexiones que creo que podemos empezar a poner encima de la mesa y analizar el impacto que tendrán en el medio plazo
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