La importancia de la transformación digital como clave de crecimiento-desarrollo en las grandes compañías
Ante la situación de incertidumbre generalizada que estamos viviendo desde 2020, y acrecentada por la actual crisis energética, las grandes organizaciones han constatado que no eran lo suficientemente ágiles para responder a esta previsibilidad futura. De hecho, se comparaban con empresas digitalmente nativas o “Start-up’s” con cierta envidia y con la sensación de que si pudieran plantearse un reinicio de sus actividades estas serían optimizadas, sencillas y adaptables al entorno.
Este tipo de grandes corporaciones llevan años digitalizando procesos dada su alta capacidad de inversión en IT, pero cuando hablamos de “transformación digital” este término se confunde porque el principal reto no es realizar un nuevo canal o portal de ventas para un nuevo segmento de clientes, o tan siquiera desarrollar un algoritmo con inteligencia artificial que optimice un proceso de entrega logística.
Estamos seguros de que estas inversiones son claves y diferenciales, pero el reto reside que el ecosistema de personas que forman parte de una organización (internas, externas, etc.) asuman este cambio cultural y adopten estos cambios de manera ágil, reduciendo complejidades para no atarnos a manera de trabajar pasadas, y sobre todo teniendo un enforque de “re-aprendizaje” continuo que nos permita ser competitivos con independencia de las circunstancias que a futuro puedan producirse. Es decir, imitando todo aquello que las empresas nativas digitales tienen, pero desde el foco de una gran organización y sin perder los mecanismos de control ya existentes. Podemos decir que las grandes corporaciones están “disfrazándose” de “start-up’s” o, al menos, intentándolo, pero cabe la duda de si las personas acompañarán este cambio o será solo una capa superficial.